Construir una escuela desde la visión de la Educomunicación
*Por José Rivas
La Educomunicación es una disciplina con más de 40 años de existencia. Forma parte de aquella ola de la comunicación que apostaba a la horizontalidad de la transmisión de la información desde una visión participativa, creativa y que permita la existencia de las diversidades en los espacios educativos, comunitarios y culturales de forma democrática.
En Latinoamérica el concepto de Educomunicación fue puesto en moda por el intelectual Mario Kaplún, en su obra: Pedagogía de la Comunicación, donde plantea que “las actividades educativas, en pro de una lectura crítica de la cultura y los medios, fomentando el aprendizaje colaborativo bajo una dimensión dialógica, basada en proceso de comunicación con los interlocutores a través del establecimiento del diálogo”.
Es una disciplina bastante joven, pero es necesario que ante los efectos provocados por la pandemia de la covid-19, el sistema educativo dominicano comience a asumir sus principales enseñanzas para ayudar a mejorar la comunicación entre el docente, los alumnos y las comunidades, los tres pilares que deben interactuar en estos momentos en que se apela a los procesos de la transmisión de los conocimientos de forma virtual.
Utilizando las redes sociales como plataforma que nos brinda la tecnología moderna y que nos obliga a recoger las experiencias en el país y la región de la educación por radio y televisión.
La Educomunicación nos lleva a no tan solo manejar los medios que nos ofrece la internet, sino que nos invitan a que el docente, como conductor del proceso enseñanza-aprendizaje, comprenda que debemos dejar en el pasado la llamada “educación bancaria”.
Es decir, que la maestra y el maestro, desde esa posición de poder que da su rol, debe promover la participación del alumno y la inclusión de la familia y toda la comunidad en las condiciones especiales que vive el mundo.
El conductor de este proceso, desde la Covid realidad, no solo manejará mecánicamente las plataformas que utilice para echar hacia adelante el año escolar. También tiene que ser consciente que el manejo del salón de clase virtual, la comunicación con los demás actores del proceso deja de ser vertical, convirtiéndose en participativa, crítica y creativa, provocando verdaderos cambios en el manejo de los conocimientos transmitidos a través de las redes o de los medios tradicionales.
¿Es difícil lograr que la educación y la comunicación caminen juntos en este tramo tan importante de la historia de la humanidad? La tecnología está a la mano. Queda el reto de crear a un docente con la visión de la comunicación que da las herramientas de empatía positiva para ayudar a que alumnos y comunidad, por más remotos que estén físicamente, funcionen para que los contenidos de la educación formal y no formal sean útiles para el desarrollo de un ambiente verdaderamente democrático en los espacios de clases, virtuales o presenciales.
El maestro y la maestra necesitan ser instruidos en los parámetros de la Educomunicación, una disciplina que tiene sus orígenes en la creación de los murales informativos y los periódicos escolares. Pero que se fortaleció en América Latina con la Comunicación Alternativa y Popular. Es a partir de 1998 que la UNESCO la pone oficialmente en el mapa de lo conceptual.
En República Dominicana organizaciones de base, como las Comunidades Eclesiales de Base, con su periódico Encuentro, o las Escuelas Radiofónicas de Radio Santa María, constituyen sólo dos ejemplos, de los tantos que existen, para impulsar una verdadera educación a distancia, que dé sus frutos y que en este tiempo de pandemia, educadores , estudiantes, familia y comunidad logremos borrar la otrora escuela tradicional y nos adentremos en un proceso enseñanza-aprendizaje que haga nacer acciones más constructivas en el pensamiento de la nación